Aunque a simple vista puedan parecer parecidas, las zapatillas de running y las de trail running están diseñadas para usos muy distintos. Si corres por montaña, senderos o terrenos irregulares, es importante que apuestes por un calzado adaptado al entorno. Aquí te explicamos por qué.
Las zapatillas de running están pensadas para superficies lisas y estables, como asfalto o pistas de tierra compacta. Suelen ser más ligeras, con una amortiguación optimizada para el impacto repetido del pie sobre el suelo duro, y con una suela más plana que prioriza el retorno de energía y la velocidad.
En cambio, las zapatillas de trail running están diseñadas específicamente para moverte con seguridad por terrenos irregulares, técnicos y con desniveles. Su suela tiene taqueado profundo para ofrecer tracción en barro, piedras o tierra suelta, y materiales más resistentes para proteger el pie de golpes con raíces o rocas. También suelen incluir mayor estabilidad lateral y protección en la puntera, ideal para rutas exigentes.
Además, muchas zapatillas de trail incluyen tecnologías como membranas impermeables (tipo Gore-Tex), refuerzos antiabrasión o sistemas de ajuste más seguros para evitar deslizamientos internos durante bajadas pronunciadas. En resumen:
- Si corres por ciudad o caminos lisos → Zapatillas running
- Si corres por montaña, senderos o terrenos técnicos → Zapatillas trail running